Powered By Blogger

miércoles, 11 de marzo de 2015

LA LEALTAD

La lealtad es el cumplimiento de aquello que exigen las leyes de la fidelidad y el honor.
Es una virtud que se desarrolla principalmente en nuestra conciencia, el compromiso de defender lo que creemos y en quien creemos, esto supone hacer aquello con lo que una persona se ha comprometido aun cuando las circunstancias cambien, dicho de otra manera, es cumplir con la palabra que se ha dado.  Alguien que es leal responde a una obligación que tiene con los demás.
Todos tenemos amigos superficiales o conocemos a alguien que trabaja únicamente porque le pagan, pero una persona que es leal va más allá porque su compromiso es más profundo: está con un amigo en las buenas y en las malas, trabaja no solo porque le pagan, sino también porque adquiere un compromiso con la empresa en la que trabaja, o en nuestro caso con el trabajo de nuestra escuela e incluso con la sociedad.
La lealtad es esencial en la amistad y se relaciona estrechamente con otros valores como son el respeto, la responsabilidad, la sinceridad, la dignidad y la honestidad entre otros.

No se puede justificar, el ser leal solamente con uno mismo y creerse con el derecho de criticar o menospreciar a los demás y exigir a los que nos rodean, que sean leales. Esta virtud y valor humano, debe vivirse y practicarse primeramente, con uno mismo antes que nadie. No se puede ser leal con el prójimo, si antes no se ha practicado con uno mismo.
Eso sí, es muy difícil de ganar, muy fácil de perder y casi imposible de recuperar. Lo contrario a la lealtad es el engaño, la traición.
Con la pérdida de la lealtad, las personas se quedan solas y sin amigos, ni familiares, como los traidores que han sido descubiertos.

COMO ENSEÑAR LA LEALTAD A NUESTROS HIJOS:


§  Demostrando comprensión cuando alguien de la familia, escuela o trabajo, reconoce sus propias culpas para no incrimina a los demás.
§  Demostrando confianza a nuestros hijo/as, familiares, amigos y compañeros para que consulten sus dudas, sin temor a represalias.
§  Demostrando el cumplimiento de los acuerdos tácitos o explícitos en la familia, trabajo, estudios o sociedad.
§  Enseñando de forma práctica a los hijos que se puede confiar en ellos y pueden ser confidentes y colaboradores.
§  Demostrando lealtad a los principios religiosos, sociales y económicos.
§  Demostrando lealtad entre los esposos y con los hijo/as, familiares y amigos.
§  Demostrando lealtad y voluntarismo, para ayudar en las tareas de la casa, aportando cada uno sus máximas posibilidades, incluso antes de que los demás lo necesiten.
§  Demostrando que cuando alguien ha dado algo bueno, la familia le debe mucho más que agradecimiento.
§  Enseñar que se defiende lo que se cree y en quien se cree.
§  Demostrando que se puede ser leal, aunque se denuncie lo que está mal, a pesar de poder perder un amigo.


Podemos leerles el cuento de “El gato con botas” de Charles Perrault , La niña y la sombre de Pedro Pablo Sacristan, “El zorro y el caballo” de los hermanos Grimm, algunas fábulas como “Los dos amigos y el oso” de Samaniego etc.
Esta vez como siempre que escribo sobre valores anexo un cuento.

LA NIÑA Y LA SOMBRA
Hace mucho, mucho tiempo, antes de que los hombres y sus ciudades llenaran la tierra,antes incluso de que muchas cosas tuvieran un nombre, existía un lugar misterioso custodiado por el hada del lago. Justa y generosa, todos sus vasallos siempre estaban dispuestos a servirle. Y cuando unos malvados seres amenazaron el lago y sus bosques, muchos se unieron al hada cuando les pidió que la acompañaran en un peligroso viaje a través de ríos, pantanos y desiertos en busca de la Piedra de Cristal, la única salvación posible para todos.
El hada advirtió de los peligros y dificultades, de lo difícil que sería aguantar todo el viaje, pero ninguno se asustó. Todos prometieron acompañarla hasta donde hiciera falta, y aquel mismo día, el hada y sus 50 más leales vasallos comenzaron el viaje. El camino fue aún más terrible y duro que lo había anunciado el hada. Se enfrentaron a bestias terribles, caminaron día y noche y vagaron perdidos por el desierto sufriendo el hambre y la sed. Ante tantas adversidades muchos se desanimaron y terminaron por abandonar el viaje a medio camino, hasta que sólo quedó uno, llamado Sombra. No era el más valiente, ni el mejor luchador, ni siquiera el más listo o divertido, pero continuó junto al hada hasta el final. Cuando ésta le preguntaba que por qué no abandonaba como los demás, Sombra respondía siempre lo mismo "Os dije que os acompañaría a pesar de las dificultades, y éso es lo que hago. No voy a dar media vuelta sólo porque haya sido verdad que iba a ser duro".
Gracias a su leal Sombra pudo el hada por fin encontrar la Piedra de Cristal, pero el monstruoso Guardián de la piedra no estaba dispuesto a entregársela. Entonces Sombra, en un último gesto de lealtad, se ofreció a cambio de la piedra quedándose al servicio del Guardián por el resto de sus días...
La poderosa magia de la Piedra de Cristal permitió al hada regresar al lago y expulsar a los seres malvados, pero cada noche lloraba la ausencia de su fiel Sombra, pues de aquel firme y generoso compromiso surgió un amor más fuerte que ningún otro. Y en su recuerdo, queriendo mostrar a todos el valor de la lealtad y el compromiso, regaló a cada ser de la tierra su propia sombra durante el día; pero al llegar la noche, todas las sombras acuden el lago, donde consuelan y acompañan a su triste hada.
Aprendamos a ser leales en cada acto de nuestra vida.
hasta la próxima

No hay comentarios:

Publicar un comentario