Powered By Blogger

martes, 11 de diciembre de 2012

GENEROSIDAD "VALOR

 
 
Un persona generosa es aquella que actúa en favor de otras personas desinteresadamente, y con alegría, teniendo en cuenta la utilidad y la necesidad de la aportación para esas personas, aunque le cueste un esfuerzo.»

Generosidad es pensar y actuar hacia los demás, hacia fuera. No hacia adentro. Siempre es más fácil hacer un acto grandioso por el cual nos admiren, que “simplemente” darnos a los demás sin obtener ningún crédito. Y es que casi todos tendemos a buscar el propio brillo, el prevalecer sobre los demás y solemos evitar el dar nuestra luz a los demás.
 
Dar sin esperar nada a cambio, entregar parte de tu vida, volcarse a los demás, ayudar a los que lo necesitan, dar consuelo a los que sufren, eso es generosidad. Y no es un valor pasado de moda.
Hacer algo a favor de otras personas puede significar muchas cosas distintas: por ejemplo, dar cosas, dar tiempo, prestar posesiones, perdonar, escuchar y todos estos actos suponen una decisión en algún momento dado. Por ejemplo ser generoso con el tiempo significa decidirse y estar dispuesto a sacrificar para el bien de los demás algo que se guarde para la propia utilización.
Las personas suelen valorar el tiempo por su rentabilidad, por los resultados que pueden ver claramente a corto plazo y, en consecuencia, establecen criterios de poco valor intrínseco. Es decir, valoran el tiempo por la cantidad de dinero que pueden ganar o por el número de contactos profesionales que pueden conseguir.
Una de las facetas básicas de la generosidad es la apreciación del valor de lo que poseemos. En ocasiones, la dificultad radicará en no saber identificar adecuadamente nuestras posesiones o nuestras posibilidades. Se nota claramente en expresiones. del tipo «no, sería capaz de … », «no tengo tiempo para … », «no sabría hacerlo … », etc., cuando muchas veces el problema no está en la capacidad, en el tiempo, en el saber hacer, sino en la falta de confianza en las propias posibilidades o en la falta de apreciación de lo que realmente uno es capaz de hacer..
Si la persona no vive la generosidad por una convicción profunda de que los demás tienen el derecho de recibir su servicio, de que Dios le ha creado para servir, difícilmente existirá una generosidad permanente en desarrollo.Por eso, es más importante el concepto de «darse» que el de dar. Se puede dar, sin identificarse con lo dado, sin simpatizar con la otra persona.
Una persona generosa se distingue por:
  • La disposición natural e incondicional que tiene para ayudar a los demás sin hacer distinciones.
  • Resolver las situaciones que afectan a las personas en la medida de sus posibilidades, o buscar los medios para lograrlo.
Para vivir mejor esta valor en lo pequeño y cotidiano, es de gran utilidad poner en práctica las siguientes medidas:
  • Procura sonreír siempre. A pesar de tu estado de ánimo y aún en las situaciones poco favorables para ti o para los demás.
  • Se accesible en tus gustos personales, permite a los demás que elijan la película, lugar de diversión, pasatiempos, la hora y punto de reunión.
  • Aprende a ceder la palabra, el paso, el lugar; además de ser un acto de generosidad denota educación y cortesía.
  • Cumple con tus obligaciones a pesar del cansancio y siempre con optimismo, buscando el beneficio ajeno.
  • Usa tus habilidades y conocimientos para ayudar a los demás.
  • Cuando te hayas comprometido en alguna actividad o al atender a una persona, no demuestres prisa, cansancio, fastidio o impaciencia; si es necesario discúlpate y ofrece otro momento para continuar.
  • No olvides ser sencillo, haz todo discretamente sin anunciarlo .
El vivir con la conciencia de entrega a los demás, nos ayuda a descubrir lo útiles que podemos ser en la vida de nuestros semejantes, alcanzado la verdadera alegría y la íntima satisfacción del deber cumplido con nuestro interior.
 






“En un equipo, la generosidad se demuestra ayudando a los demás”
“Es asombroso aprender de las personas que me rodean, pero más
asombroso es aprender a escucharlos”
“Donde sobran las buenas acciones está presente la generosidad”












Para reflexionar






Decálogo de la generosidad

1. Apreciar los buenos actos de los demás.






2. Actuar a favor de otras personas desinteresadamente, sin que nos cueste
esfuerzo.
3. Ser generoso supone utilizar la voluntad para hacer el bien.
4. Decidir libremente el dar cosas, tiempo, el perdonar, el escuchar, el saludar,
el recibir, etc.

5. Valorar lo que se tiene y dar de acuerdo con la necesidad de las personas.

6. Tener disponibilidad cuando alguien necesite ser escuchado, sin esperar

conseguir algo a cambio.

7. Esforzarte por hacer la vida agradable a los demás, saludando a alguien

con quien no tienes amistad.

8. Servir a los demás con el deseo y la seguridad de querer hacerlo.

9. Crear un ambiente de participación y de servicio en la familia.

10. La generosidad es fundamental para que la persona llegue a tener plenitud

en su vida.

 
Que implica la generosidad en la familia:









Ayudarnos en las labores que cada uno realiza en el hogar







 


Tener mesura al gastar dinero en cosas que no son de utilidad y afectan la







economía









Pedir permiso para los paseos con amigos, así como el estar consciente de







que nuestros padres no pueden tener dinero para darnos cuanto nosotros

solicitamos







 


Convivir con los miembros de la familia, así tengamos que renunciar a

parte del tiempo libre personal
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario